En las culturas precolombinas al no poseer escritura las representaciones de figuras humanas se vuelven el método más adecuado para poder plasmar sus creencias, por lo que, poseen una gran carga simbólica. El cuerpo es el elemento de gran importancia, es el que habla por la persona, por ello la importancia de causar una fuerte impresión al que lo mire sin la necesidad de pronunciar una palabra.Las representaciones nos muestran una realidad, una creencia pero también mostrar aquello que no es visible, como intento de convertir lo imaginario en real. Se resaltan aquellas partes del cuerpo que se creen importantes ya sea con un sentido espiritual o de poder.

Esto se hace mediante la utilización de pintura (chorrera) o con la incorporación en la cerámica de ornamentos con relieve en el caso de Jama Coaque. Los pies las manos y en especial lo que corresponde al rostro serán los lugares en los que se coloque una mayor ornamentación. La cabeza es el lugar en donde residen casi todos los sentidos, por lo que, en ella se ve una ornamentación más compleja. Se observa entonces besotes, narigueras, orejeras y tocados complejos; vista, oído, gusto, olfato necesarios para poder percibir el medio en el que se vive.
Pero también es importante observar, no solo los adornos, sino la expresión de rostro, la disposición de las extremidades.
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